València és Música 2023
Se celebra el concert “València és música” en la Parròquia de Sant Vicent Màrtir
Aquest últim divendres de juny, la Coral Harmonia Polifònica ha tancat la seua activitat del curs 2022-2023, amb el convenciment que hem fet el millor i major treball dels últims anys. Alguna cosa així com per a despatxar-nos a gust, després de la llarga pandèmia i l’obligatorietat de cantar amb màscares, ja en els últims temps per prevenció, fins ja iniciat 2023.
El concert s’ha organitzat dins del programa València és Música, patrocinat per la Diputació de València i l’objectiu de la qual és fomentar la continuïtat de l’activitat musical i la difusió de la música valenciana, així com la consolidació de les agrupacions musicals federades, dins de les quals s’enquadra la nostra coral. I com sempre, ens va dirigir el nostre director Ernest Artal, acompanyats pel professor Mario González al piano.
El templo en el que ha tenido lugar el concierto, bien puede entenderse como broche final para el cierre del curso: la Parroquia de San Vicente Ferrer, también conocida antiguamente como la Ermita de la Roqueta, lugar de paso en el recorrido de la Ruta vicentina de San Vicente Mártir, que muchos valencianos recorren cada 22 de enero, durante la celebración del patrón de la ciudad Valencia.
La historia de esta ermita, construida sobre el muladar donde según la tradición fue arrojado el cuerpo de San Vicente Mártir, para que fuera devorado por las alimañas, se remonta con toda probabilidad en torno a 1238, tras la reconquista del rey Jaime I. El edificio ha sufrido distintos avatares, desde incendios o numerosos daños durante la guerra civil hasta su demolición y nueva construcción en 1958, dejando la cripta construida en 1951 y que permanece en uso. La parroquia abierta en 1977, había sido cedida ya desde 1935 a los Misioneros del inmaculado Corazón de María (los padres claretianos) que procedentes de Játiva, pasaron a controlar el destino del edificio, con derecho a demoler y edificar.
En el concierto de este viernes 30 de junio, la coral ha interpretado un programa similar al de los presentados en los de intercambios corales aunque más amplio, y combinando los ritmos más animosos con otros más pausados, como el de la nana valenciana Mareta, mareta, lo que nos hace centrarnos y mucho en las indicaciones y los gestos de nuestro director, que tiene por costumbre variar la interpretación que hemos ensayado para algunas piezas y, cuando creemos que vamos a cantar el fragmento de una canción en picado, nos envía un gesto e inicia su dirección en modo de canto ligado. Es una forma de mantenernos en tensión a nosotros y sorprender al público. Es después, a la salida, cuando entre besos y abrazos de algunas de las personas conocidas, nos cuentan estas cosas y otras más. Siempre con el ánimo de mostrarnos lo mejor que ven en nosotros.
Y, seguramente, por ser el último concierto del curso, al finalizar Artal tomó la mano de la compañera soprano que estaba en la esquina de la primera fila, nos miró y, a su indicación, nos inclinamos por tres veces, como saludo y agradecimiento al público que aplaudía con entusiasmo.
Y ahora sí, nos despedimos hasta el próximo otoño. La vez anterior era una despedida previa, pues nos faltaba esta última ocasión, para poner a prueba nuestra resistencia al calor y nuestro mejor ánimo. ¡Feliz y descansado verano!
Ana Piera Orts. Contralto