Reseña Misa Solemne Jueves Santo
Celebración del Jueves Santo en la Basílica de San Vicente Ferrer
La Coral Harmonía Polifónica ha tenido una nueva oportunidad para agradecer a los PP. Dominicos la acogida que nos brindan, acompañando la celebración litúrgica del Jueves Santo, en este templo neogótico, que apenas tiene poco más un siglo de historia, y que ha pasado por distintas vicisitudes.
El templo fue consagrado el 12 de octubre de 1921, aunque una parte del mismo ya había sido bendecida solemnemente en 1916. Y sería el papa Pío XII quien, en 1951 le otorgara la condición de basílica menor.
Dado el carácter abierto y colaborativo de los PP Dominicos, en su sede de Cirilo Amorós, se vienen organizado distintas actividades de carácter formativo y también cultural, así como ecuménicas. Es sede de pues, de alguna asociación religiosa y también lo es de la Coral Harmonía Polifónica, lo que para nosotros comporta, además de un enorme agradecimiento, un honor. Porque ensayar en la basílica, cada martes y jueves, supone también, para muchos coralistas, una oportunidad de oración cantada. De manera que, cantar una misa en la basílica es casi como celebrar la fiesta mayor de nuestra coral.
La misa la ha presidido Fray Javier Carballo, Prior de la Comunidad que habita en el edificio contiguo. Han concelebrado con él tres frailes sacerdotes más, entre ellos Fray Vicente Botella, -estimado por todos nosotros, por la ayuda que nos brindó al inicio de nuestra andadura en busca de sede- a los acompañaban parte de la comunidad con veintiún frailes estudiantes.
Solo destacaremos de las palabras de Fray Javier, que la celebración del Jueves Santo es una especie de herencia, permitiéndose este símil durante la homilía, para expresar que Jesús de Nazaret, en la última Cena, nos dejó como herencia la Eucaristía y el Lavatorio de pies: su regalo y al tiempo un envío para colaborar en la construcción de la fraternidad humana.
Este año, tras la vuelta de nuestra director Gonzalo Luque Turo, hemos cantado un programa que, por primera vez en años, ha incluido el Gloria, de la misa en sol mayor de Webbe y el delicado Sanctus del Requiem de Fauré. Destacables además los solos de nuestros compañeros, la soprano Valeri Louifi, en Ubi Caritas y de los bajos Antonio Béjar y Miguel Falcons, en Anima Christi. Y, todo ello, conducido por nuestro director con esa animosidad que le caracteriza que le permite sonreírnos, fruncir el ceño, vocalizar frente a nosotros las letras para mantener la medida musical y su afectuoso agradecimiento final con ese suspiro que viene a expresar: ¡lo hemos conseguido!
Alguna persona podría preguntarnos si para cantar en nuestro coral es necesario ser creyente. Por supuesto, que no. La condición necesaria es tener la voz suficiente, estudiar con ahínco y tratar de cumplir el decálogo de todo buen coralista. Pero todo tiene “su aquel”. Y cantar conociendo la traducción y sentido de los textos musicalizados -en el caso de la música sacra- es, sin duda, una opción para que a un cristiano se le llena el corazón, porque le da un pleno significado y así es posible poner el alma en el canto.
Un ejemplo de ello es que el Enchiridion Idulgentaium (compendio oficial ordinario de indulgencias que concede el romano pontífice). Pues en el de 2004 se concede la indulgencia parcial, a los fieles de Cristo que rezan el Anima Christi (Alma de Cristo) después de haber recibido la comunión. Y nosotros, lo cantamos en esta celebración con cinco repeticiones, incluido el tarareado –boca chiusa o boca cerrada- para acompañar al solista.
Si el jueves Santo es una celebración de envío de los discípulos al servicio, para los coralistas es un envío también para seguir mejorando y poder acompañar a los PP Dominicos en las liturgias que nos pidan: ese será nuestro servicio a esta comunidad de la Orden de los Predicadores.
Ana Piera Orts. Contralto