Convivencia Santo Espiritu (Gilet)

Plou poc, però pel poc que plou, plou prou.

De este modo comenzamos nuestra convivencia, la Coral Harmonía Polifònica, a las 9h15h, el jueves 17 de octubre del 2024.

La mayoría del coro tuvo que refugiarse bajo la marquesina de la parada del autobús, y otros estuvimos en la entrada de la facultad de medicina.

Todos esperamos el transporte del piano y el autobús que nos llevaría a Gilet. Por riguroso orden subimos al autobús, tanto los miembros de la coral, como los familiares y los socios colaboradores, hasta un total de unas 50 personas.

Al llegar, teníamos previsto el almuerzo, que cada uno había traído de su domicilio, pero al que se añadió cacao del collaret, tramussos, vinos, y demás aperitivos, que ofreció la coral, para completar dicho almuerzo y agasajar a todas las personas que estábamos allí reunidas.

El tiempo se portó bien, pero cambió la lluvia por viento, con lo que muy cómodos no estuvimos fuera del recinto, ya que no hubo posibilidad de disfrutar de nuestro almuerzo en buenas condiciones, con mesas y lugar donde sentarnos.

Los miembros del coro entramos a la iglesia para realizar nuestro ensayo. El recinto no disponía de bastante iluminación, con lo que tuvimos que recurrir a las linternas de los móviles o a alguna lámpara que tuvimos que encender, para poder ver mejor las partituras. El ensayo fue una maravilla, muy fructífero, ensayamos una nueva pieza, el Ave María de Cossetto, que cantamos cual chinos, y Christmas in about three minutes, dada la cercanía de la navidad.

Al tiempo, nos anunció un monje que debíamos dejar el recinto ya que lo necesitaban para sus oraciones, con lo que se cortó la magia del trabajo realizado, y al salir, vimos que eran menos de cinco, ya que en el convento son solamente seis, de los que tres tienen más de ochenta años, nos dijeron.

Con los que, fuimos a buscar otro lugar para poder seguir con el ensayo, en el laberinto de pasillos y escaleras. Dimos con un aula, nos instalamos, y al rato vinieron también a decirnos que la comida era a las 13.30h, que debíamos ir al comedor. Con lo que, recolocamos el mobiliario y fuimos a comer, sin ganas, por no acabar el ensayo y por haber almorzado al poco.

La comida fue buena, ensaladilla, paella, calabaza, vino, agua, café e infusiones, todo ello servido por el Padre Angel y personas colaboraodras. Es youtuber desde la pandemia, debido a las necesidades económicas del lugar, ya que tuvo que estar cerrado. Su canal es Franciscanos Santo Espíritu del Monte, y todos los lunes realiza una receta con productos saludables y de temporada.

Del mismo modo que por la mañana necesitaban la iglesia, también nos dijeron que debíamos salir de comedor. Recogimos las mesas y salimos del edificio, ya que preguntamos donde podíamos quedarnos por la tarde. Nos hablaron de dos salones, uno de ellos más grande. Como el edifico es muy grande, estuvimos buscando, sin éxito, dicho salón, o terraza, donde podíamos estar todos.

Al estar fuera, nos encontramos sin posibilidad ni de sentarnos ni de estar, con lo que volvimos a entrar y descubrimos el claustro, decrépito, con falta de mantenimiento y con una jungla de plantas, que a las que nos gustan mucho, hubiésemos echado una mano de cuidado de manera muy gustosa, para dejar aquel recinto en buenas condiciones.

Cada cual buscó el salón o saloncito que más le gustaba, de manera a poder descansar hasta que nuestro transporte volviese a por nosotros. El descanso no fue tal, ya que los mosquitos aprovecharon para realizar su sobremesa sobre nuestras pieles descansadas. Otro hecho también, que no nos agradó fue, que, como no había cobertura en toda la edificación, dos compañeras nuestras se quedaron fuera y no pudieron entrar hasta el final, cuando salimos para al autobús. Con lo que, no pudimos dar un paseo, ya que no disponíamos de lugar para depositar nuestros objetos personales.

Durante nuestra incursión por el claustro, vimos fotos descoloridas, pero que mantenían la fecha de 1404 como fundación por María de Luna, esposa de Martín I de Aragón, que donó el monasterio de los frailes de Sancti Spiritu. Dicho monasterio franciscano fue renovado en el siglo XVII, después de varios abandonos y otros usos, ha llegado a nuestros días como hospedería, donde los visitantes pueden disfrutar del descanso, la oración, ejercicios espirituales, encuentros, cursos, reuniones, congresos, según anuncia su página de Facebook.

Agradecer la organización de este día de convivencia, a todos los miembros de la junta, especialmente a Arelio de la vocalía de sociales, que aprovechó el final de la comida para ponernos en conocimiento de las posibles futuras salidas o convivencias, a la parte musical en la persona de nuestro director Gonzalo, y a todos nosotros, ya que el éxito de una acción siempre recae sobre todos los componentes de la misma.

De lo que sí estamos seguros es que el objetivo de la convivencia, finalidad de la jornada, fue alcanzado con creces, ya que estuvimos todo el día conviviendo, desde el medio de transporte hasta el hecho de encontrarnos sin posibilidad para desarrollar nuestras actividades, puesto que los espacios nos eran vetados y vagábamos como almas en pena por el edificio y las partes exteriores. Todo un día para intercambiar vivencias, opiniones y demás contactos. Hasta el próximo encuentro, felices de haber estado juntos.

Rosa Estellés Salomón – Contralto

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